martes, 22 de febrero de 2011

AÑORANZAS DE UN SABOR

El actual despegue de la culinaria nikkei a niveles internacionales no solo nos muestra que la fusión cultural obtenida en el Perú es posiblemente una de las mejores fusiones del mundo sino que ademas nos da un concepto de identidad frente a la sociedad en general y al mundo entero.
Por ejemplo, en estos tiempos de campaña, la masificación del uso del termino “chino” para referirse al ex presidente Fujimori da muestra de un contexto social erroneo frente al pais en general. Aquí ya seamos tusanes, nikkeis o koreanos siempre recibiremos el apelativo de chino sin importar el lugar de origen, en cambio, gracias a otro comunicador de masas como lo es Gaston Acurio (por supuesto que dirigido a otro publico) puso de moda el termino “comida nikkei” o “cocina nikkei” cargandolo de historia, filosofia y sobre todo acercandose más y acercando al público a lo que es el termino nikkei.

Recuerdo que observaba el surgimiento de su campaña gastronomica y el esfuerzo que ha realizado por llevar nuestra gastronomia a diversos paises desde el Japón a traves del youtube y de los programas dominicales que veía gracias al internet, siendo justamente la comida una de las principales cosas que uno añora estando en Nihon sometido a un ritmo de vida totalmente diferente que al que estamos acostumbrados aquí en el Perú.

Llegue a Nihon pensando que la comida era como la comida que sirven en las misas aquí, el chanchito al sillau, el tofu frito, el caldito de gallina y demas, encontrandome con una comida totalmente diferente para nuestro gusto, muy balanceada y posiblemente más sana, pero que conforme van pasando los meses y los años se vuelve insipida y poco satisfactoria para nuestro gusto.

Sumado a todo esto, no esta de más mencionar a todos con los que en algun momento compartí el apato en tierras niponas (verdaderos inútiles en la cocina) en donde tambien me incluyo, nikkeis en su mayoria, cuyas proezas gastronomicas van desde usar media botella de aceite para freir un huevo en una olla, mantener los frigideres sin botar las cosas y creer que dentro van a ser eternas (a un apato que llegué las cebollas ya habian echado raices y a los tomates ya les habian salido plantas, ni que decir del bistec del congelador…ya era prácticamente charqui), inventores tambien del “dos en uno”, preparación que era un aguadito de sobre y que por efectos del descuido y del tiempo que lo dejaban en la olla se convertía luego en un arroz con pollo o de la sopa de espárragos que se comía con tenedor y cuchillo.

Todo esto con el correr del tiempo generaba luego la clasica separación: cada uno se cocinaba aparte.

Y vivir cerca de un restaurante de comida peruana implicaba gastos extras. La comida peruana se convirtió en un lujo. En algo inalcanzable.

En contraparte con la mayoría de “cocineros improvisados” habían desde luego muchos que si cocinaban muy bien, teniendo restaurantes en el Perú y que llevaron sus artes al Japón convirtiendose en oasis para los alicaidos comensales dekasegis.

Restaurantes como el otrora “Tondero” de Minoru Tsuha, el Inti Raimi, el Arco Iris, el carbonazo o muchos más se convirtieron en altares de la cocina peruana con muchos adeptos.

Pero por efectos del tiempo y del ahorro había que engañar los sentidos en el día a día. Gracias al internet es que descubrí el boom de la gastronomía peruana y mientras veía las maravillas que nos mostraba Gastón Acurio en su programa, del otro lado del ordenador comía el insipido obento comprado en el Seven Eleven o en el Family Mart,

tratando de hacer uso de la imaginación y plasmar los efectos audiovisuales en sentidos como el gusto y el olfato, ¿algo como la pornografía acaso?

Programa tras programa se iban presentando las variedades de platos, unos mejores que otro, de la extensa gastronomia peruana, costa, sierra y selva, fusiones y demas, hasta llegar al icono de la cocina nikkei: don Humberto Sato, cuyas creaciones son platos que dejan un termino bien definido: cocina nikkei, concepto que hoy en día se ha difundido y se ha mostrado no solo al público nacional sino que ha cruzado fronteras.

Conforme iba viendo desde el otro lado del ordenador sus recetas y la forma con que iba elaborando cada preparación, trataba de usar la imaginación al maximo para rescatar de aquella imperfecta forma de comunicación (y de alucinación) la textura y los sabores, los aromas y el efecto que todo en su conjunto causaría al estar frente a aquellas preparaciones que tienen de arte, de ciencia, de filosofía de tradición y de fusión.

No fue hasta hace unos días que gracias al chef Yaquir Sato es que pude probar muchos de los platos que desde hacía años atrás solo los veía por internet y había hecho innumerables esfuerzos por retratarlos en los confines de mi imaginación.

Y si una imagen vale más que mil palabras, entonces se supondría que un conjunto de imágenes (video) darían cierto tipo de solucion para algunas añoranzas, pero en realidad las palabras no bastan para describir una obra de arte. Hay que probarlo para disfrutarlo.

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