jueves, 27 de enero de 2011

DE CÓMO MODIFICAMOS LAS PALABRAS

Desde hace muchos años, prácticamente desde que tengo uso de razón escuchaba (y lamentablemente sigo escuchando) dentro de la colectividad, la mal utilizada palabra ainoko para referirse a personas mestizas, es decir que uno de sus padres es Nikkei y el otro no.


El significado literal de esta palabra la descubrí en el Japón, pues tenía la costumbre de andar bromeando con los japoneses de mi fábrica emparentándolos (como todos los japoneses actúan de manera homogénea y tienen características físicas similares) preguntándoles a manera de broma si tal persona era su hijo, su hermano, su tío o su gemelo, desatando desde luego la negación inmediata y el rápido rechazo cuando los trataba de familiarizar con alguien.

Un día de esos, al entrar un colegial a la fábrica y verlo actuar de manera torpe, le pregunté a uno de los japoneses de unos 60 años (que era el que me enseñó el trabajo), a manera de broma, si es que ese muchacho era su hijo. El rió y me contestó con malicia (sabiendo la manera como jugaba las bromas dentro de la fábrica): ainoko.

Fue en esa ocasión, al oír aquel termino usado en un contexto diferente al de la comunidad nikkei peruana que me percaté del mal manejo de aquella palabra que hemos heredado aquí, sin importarle a nadie que con el fenómeno dekasegi muchos llevamos la diferente terminología usada entre nikkeis a tierras japonesas y creemos que hablamos japonés.

¿Desde cuando la palabra ainoko significa mestizo? Posiblemente, por un tema de resistencia cultural, espíritu de conjunto y tratar de mantener una descendencia uniforme se haya utilizado aquel termino despectivo que lamentablemente ha llegado a nuestra generación como la cosa mas normal, con un significado erróneo, dentro de otro contexto. Sinceramente no me imagino a los dekasegi que se hayan identificado como ainokos en el Japón. Lo que sí me imagino es la incertidumbre (y los rostros inexpresivos en el momento) de los japoneses que los escuchaban (y que por supuesto luego lo comentaban con el resto del equipo, allí la inexpresión por supuesto se convertía en euforia) Ainoko en idioma japonés significa simplemente bastardo, hijo fuera del matrimonio y por ende no significa mestizo o hijo híbrido. El termino que utilizan los japoneses para referirse a estos casos es el de “hafu” que viene del ingles “half”.

En nuestra cultura, en donde la palabra no tiene valor alguno, es normal jugar con el significado de estas. Ya estamos acostumbrados a modificarlas, a darles diferentes significados dependiendo de las situaciones. En palabras de Eduardo Galeano: “Ahora las torturas se llaman apremios ilegales, la traición se llama realismo, el oportunismo se llama pragmatismo, el imperialismo se llama globalización y a las victimas del imperialismo se les llama países en vías de desarrollo, confundiendo a los niños con los enanos, y al sistema que en mi infancia y en mi juventud que llamábamos capitalismo se le llama hoy economía de mercado. El diccionario también ha sido asesinado por la organización criminal del mundo. Ya las palabras no dicen lo que dicen o no saben lo que dicen”

Pero en una cultura como la japonesa, en donde la palabra de la persona tiene un valor muy diferente a la picardía criolla y a los dobles sentidos, el solo hecho de mencionar algo conlleva a la total absorción del oyente en cuanto al significado, sin ambigüedades ni incomprensiones.

Por eso es que deberíamos descartar la utilización de aquella palabra o sustituirla en todo caso, pues heredar un término incorrecto por nuestros antepasados (los viejitos saben sino que como buenos nikkeis sufren de un síntoma clásico: la sordera testicular. Escuchan bien y saben y se hacen los h…)

Al heredar nosotros esta terminología incorrecta y que por efecto del destino nos hayamos vistos inmersos en el fenómeno dekasegi, nos ha podido haber causado una serie de problemas, no solo en la isla sino en el trato con japoneses en nuestro propio país. Eso se trata simplemente del contexto que le hemos dado aquí, de cómo modificamos el significado de las palabras y las hemos heredado (Dios quiera que no las heredemos) solo en la colectividad nikkei en el Perú, pues en toda mi estancia en el Japón nunca he oído mencionar esa palabra a ningún brasilero nikkei.

Por efectos de la globalización y de la inmigración dekasegi estoy seguro que hay muchísimos “hafus” en el Japón a raíz de los matrimonios, pero ese número es minúsculo a la cantidad de ainokos que hay en el archipiélago. ¿Cuántos ainokos habrá en el Japón? Es casi incalculable, miles. ¿O acaso millones?

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